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Toda vida es sagrada.
Todo cuerpo es sagrado. El mío, el tuyo.
Ritmos. Viajes. Comienzos y finales. Encuentros y desencuentros.
Un diagnóstico inesperado me conecta con el poder de sanción de mi cuerpo que busca siempre regresar a su estado de plenitud. Mi cuerpo como laboratorio alquímico. Mi cuerpo mutando constantemente. Un desafío profundo, exigente y por momentos muy doloroso. Desgarrador.
Aprendo a danzar entre el miedo y el coraje, la incertidumbre y la tranquilidad, la tristeza y la alegría.
Busco en las profundidades de mi alma y vuelvo a elegir el movimiento, la fluidez, la esperanza.
Espacios sagrados que me enseñan a amar más allá del miedo.
Cáncer. Renacer. Regenerar.
Me sostengo con ternura.
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